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martes, 17 de julio de 2012

martes, 17 de julio de 2012

"El Ladrón de Novias" Capitulo 13

13


Shizuru permaneció detrás de los arbustos y contemplo horrorizada cómo el cochero esgrimía un palo y derribaba a la Ladrona de Novias de su caballo dejándola sin sentido.
- ¡Ya te tengo, maldito! –exclamó el hombre-. Intentabas robarme a la hija de mi patrón, ¿eh?
Entonces se oyeron golpes en la portezuela del carruaje y una voz amortiguada de mujer que procedía del interior.
- No se preocupe, señorita Tokiha–voceó el cochero-. Está usted a salvo, bien encerrada con llave ahí dentro. Órdenes de su padre. –Acto seguido metió la mano bajo el pescante y extrajo una cuerda. Saltó al suelo y se acercó al Ladrón de Novias-. Me imaginaba que quizás intentases raptar a la señorita Tokiha, ladrón endemoniado, y he venido preparado. Ahora voy a atarte bien atado y a entregarte al juez, y así cobraré la jugosa recompensa que ofrecen por ti.
Shizuru se tapó la boca con una mano para contener una exclamación. Si no actuaba con rapidez, ese hombre horrendo iba a entregar a aquella mujer a las autoridades. La embargó una firme determinación. No podía permitir que sucediera tal cosa. Pero viendo que el cochero ya estaba maniatando a la inconsciente joven, sólo había un modo de detenerlo.

Abrió su redecilla y extrajo con cuidado el alfiler que había preparado Hiroshi. Se cubrió un poco más con la capucha para ocultar el rostro lo más posible y, sosteniendo el largo alfiler como si fuera una espada, se agachó y comenzó a avanzar. El cochero estaba musitando para sí, absorto en su tarea de maniatar a la joven con una gruesa cuerda.
Sigilosamente, Shizuru se colocó detrás del hombre. Entonces, rogando que la poción de Hiroshi diera resultado, le hincó el alfiler en las posaderas.
- ¡Ay!
El cochero soltó la cuerda y se llevó una mano al lugar del pinchazo al tiempo que se daba la vuelta.
Shizuru se puso en pie de un salto y retrocedió hasta que chocó contra la portezuela del carruaje. El hombre clavó la mirada en ella y dio dos pasos amenazantes.
- ¿Quién diablos es usted?
Con el corazón desbocado, Shizuru se apresuró a esconder el alfiler entre los pliegues de su vestido oscuro mientras su mente gritaba. “¡Duérmete!”
Como si hubiera oído aquella silenciosa orden, el cochero puso los ojos en blanco, dobló las rodillas y se desmoronó en el suelo, cayendo de espaldas junto a la Ladrona de Novias. Shizuru se le quedó mirando por varios segundos, con el corazón en la garganta. Luego se inclinó sobre él. De sus labios relajados salían unos ronquidos suaves. ¡Por Júpiter, Hiroshi era ciertamente un genio!
Moviéndose a toda prisa, se arrodilló junto a la Ladrona de Novias y le comprobó el pulso en el cuello. Al notar el fuerte latido estuvo a punto de desmayarse de puro alivio. Pero antes de que pudiera atenderla, volvieron a golpear la portezuela del carruaje.
- Por favor, déjeme salir –suplicó alguien desde dentro.
Shizuru se acercó al cochero y hurgó en el bolsillo de su chaleco. Topó con la frialdad del metal y rápidamente sacó lo que esperaba fuera la llave correcta. Segundos después, abría de un tirón la portezuela del vehículo, del cual salió a trompicones una joven agitada y con los ojos muy abiertos.
- ¿Quién es....?
-Shizuru Fujino. Su cochero ha herido al Ladrón de Novias. Yo lo he dejado temporalmente fuera de combate, pero hemos de darnos prisa.
La mirada de la señorita Tokiha voló hasta las dos figuras caídas.
- Cielo santo ¿Qué podemos hacer?
Shizuru se arrodillo junto a la Ladrona de Novias.
- Usted desátelo y yo intentaré que recupere el conocimiento.
Sin otra palabra, la joven se arrodilló junto a la figura que reposaba en el piso y empezó a manipular los nudos que le sujetaban las muñecas.
-Por Dios!- exclamo al percatarse de ciertos detalles evidentes del cuerpo que estaba sobre el suelo- se… se trata de… ¡una mujer!
-Así es- contesto la castaña con desesperación a la expresión interrogante de la joven.
Shizuru pasó con suavidad las manos por la máscara de seda que le cubría la cabeza y se detuvo al topar con un chichón del tamaño de un huevo de gallina justo encima de la oreja. Alternando los golpecitos en la mejilla con unas suaves sacudidas en el hombro, le dijo:
- ¿Puede oírme, señorita? Por favor, despierte.


Natsuki percibió una voz como si le llegara a través de una densa niebla de dolor. Poco a poco fue tomando conciencia de unas manos suaves que le tocaban la cara. La cabeza. Los hombres, Inhaló y notó olor a miel.
- ¿Puede oírme, señorita?
Natsuki se volvió despacio hacia la voz, con la respiración siseante entre los dientes debida a las punzadas de dolor que le atravesaban la cabeza. Obligó a sus ojos a abrirse y parpadeó varias veces, en un intento de alinear el trío de figuras que flotaban frente a sus ojos en una sola.
Cuando por fin lo consiguió, se encontró mirando fijamente el rostro de ansiedad de Shizuru Fujino. Cuando su mirada se clavó en ella, Shizuru cerró los ojos y exhaló.
- Gracias a Dios que está usted bien –Le ofreció una sonrisa trémula y añadió-: No tiene nada que temer, señorita. Soy yo, su amiga Shizuru Fujino.
Natsuki trató de levantar la cabeza, pero un batallón de demonios armados de martillos inició un infame concierto en sus sienes. Dejó escapar un gemido.
Shizuru le apoyó las palmas en los hombros.
- No intente moverse todavía. Descanse un poco más.
- Ya la he desatado –dijo una voz femenina desconocida-. ¿Cómo está?
- Recobrando el sentido –respondió Shizuru-. Aproveche esas cuerdas para atar al cochero, por si acaso se despierta.
- Será un placer –contentó la joven.
¿Qué cochero? ¿Habían salido a pasear?
- ¿Qué ha ocurrido? –susurró. Sentía la lengua como suela de zapato.
- La ha golpeado el cochero de la señorita Tokiha. –Sus ojos detrás de las gafas mostraban profunda preocupación- ¿No se acuerda? Estaba a punto de realizar un rescate.
¿Un rescate? Se llevó una mano a la cabeza, que le retumbaba. Al hacerlo su guante de cuero rozó la seda, y entonces recuperó la memoria como el rayo. Máscara. Ladrón de Novias. Rescate. Shizuru al otro lado del camino. Distracción. El cochero golpeándola con una estaca. Y ahora un tremendo dolor que le taladraba la cabeza.
Recordó que tenía que hablar con su ronco acento.
- Me acuerdo ¿Dónde está el cochero?
- Está inconsciente. La señorita Tokiha lo está maniatando.
Experimentó una oleada de náuseas, y entonces cerró los ojos y respiró con inspiraciones cortas y superficiales. Shizuru le cogió la mano enguantada y continuó pasándole los dedos por el rostro enmascarado y por los hombros. Al cabo de un momento, el mareo cedió y recobró el raciocinio, junto con una horrible pesadez en las entrañas.
Menudo embrollo. Tenía que largarse de allí lo antes posible –y también las señoritas Fujino y Tokiha -, antes de que el cochero recuperase el sentido y decidiera entregarla al magistrado, o antes de que pasara alguien más por el camino y se le ocurriera hacer lo mismo.
¿O su identidad ya habría quedado al descubierto?
Abrió los ojos y la miró directamente.
- ¿El cochero me quitó la máscara?
- No
Sintió una oleada de alivio
- ¿Y usted?
Ella abrió mucho los ojos y negó con la cabeza.
- No
Parte de su tensión se disipó. Ella aún no sabía quién era. Gracias a Dios. Shizuru le apretó ligeramente la mano y ella le devolvió el gesto.
- No tema, señorita –susurró-. Yo me encargaré de que no le suceda nada malo. –Puso su mano libre sobre su mentón cubierto por la máscara y le obsequió con una gentil sonrisa.
Natsuki entrecerró los ojos. Desde luego, esta siendo de lo más solícita con la Ladrona de Novias: le cogía la mano, la tocaba. Sí, estaba mostrándose demasiado cariñosa con aquella persona, maldición.
- ¿Le duele en alguna otra parte? –inquirió con una ternura que la puso furiosa.
Diablos, le dolía en todas partes, pero por nada del mundo se lo diría precisamente a ella. Seguro que se ofrecería a darle un reconfortante masaje a la Ladrona de Novias.
- Estoy bien –dijo con aspereza-. Quiero sentarme.
Cuando se apoyó sobre los codos, ella la sujetó de los antebrazos y la ayudó a pasar muy despacio a la postura de sentada. Todo giró a su alrededor, y tuvo que sostenerse la cabeza entre las manos. Hizo una mueca de dolor cuando sus dedos encontraron el enorme chichón. El mareo pasó al cabo de unos momentos y entonces bajó las manos.
Tras humedecerse los labios, susurró con su rudo acento escocés:
- ¿Qué está haciendo usted aquí?
- Lo mismo que usted: ayudar a la señorita Tokiha
- ¿Es que no se fiaba de mí?
Shizuru se ajustó las gafas y la miró con expresión seria.
- Yo le confiaría a usted mi vida, señorita. Pero la señorita Tokiha me pidió que la ayudara, y como yo no sabía si le llegaría a usted la noticia de su grave situación, tuve que prepararme para socorrerla yo misma.
- ¿Y cómo pensaba hacerlo?
Ella le describió de manera concisa un plan que a Natsuki la llenó de admiración y furia a un tiempo. Desvió la mirada hacia el cochero dormido, al cual la señorita Tokiha continuaba atando como si fuera un ganso.
- Maldita sea, muchacha. ¿No se da cuenta del peligro al que se ha expuesto?
- No más que el peligro al que se expone usted, señorita. Le aseguro que no me he lanzado a esta aventura sin haberlo reflexionado mucho, de manera lógica, y sin haber sopesado cuidadosamente los riesgos que entrañaba. Como sin duda usted comprenderá, no podía ignorar la petición de socorro de la señorita Tokiha.
- Pero ¿y si la hubieran herido?
El hecho de imaginarla herida, tumbada en el bosque, a merced de aquel cochero o de cualquier otro tipejo, le provocó un estremecimiento de miedo y furia.
- Sabía que existían riesgos, por supuesto. Pero, como estoy segura de que usted coincidirá conmigo, el resultado deseado hace que merecieran la pena. –A continuación se incorporó y le tendió las manos-. Vamos a ponernos de pie. Muy despacio.
Natsuki se agarró a las manos de ella y se puso primero de rodillas, postura en la que permaneció unos instantes mientras mejoraba el mareo. Después, con la ayuda de ella, se puso de pie. Le flaquearon un poco las rodillas, pero apoyó las manos en los hombros de Shizuru, cerró los ojos e hizo varias inspiraciones hasta recuperar el equilibrio.
- ¿Se encuentra bien? –le preguntó ella con preocupación.
Natsuki abrió los ojos y contempló su semblante tenso.
- Sí
- Qué alivio. Casi me muero antes, cuando la golpeó ese hombre horrendo. –Su tono adquirió una nota de timidez-. Para mí ha sido un honor ayudarla, señorita, y... y con gusto lo haría de nuevo.
A Natsuki se le heló la sangre al oír aquellas palabras. Santo Dios, sino tomaba medidas drásticas, ya se la imaginaba ataviada con una máscara y una capa y cabalgando por el bosque con un saco lleno de aquellos alfileres. Se aferró con más fuerza a sus hombros, y a duras penas logró evitar sacudirla.
- Su lealtad me deja anonadada, y puede contar con mi eterna gratitud por haberme rescatado. Pero a decir verdad, si no fuera por su interferencia, el rescate se habría llevado a cabo sin problema alguno.
Los ojos de Shizuru adoptaron una expresión de sorpresa, y Natsuki adivinó que había dado en el blanco.
- No era mi intención....
- No importa. Su presencia me distrajo, lo cual le proporcionó al cochero la oportunidad de golpearme. Fue un error que bien podría haberme costado la vida.
Shizuru abrió los ojos con expresión de horror y con un brillo que, maldita sea, se parecía mucho al de las lágrimas. Natsuki sintió el aguijón de la culpa por ser tan dura con ella e, incapaz de dominarse, le pasó los dedos enguantados por la mejilla.
- También podría haberle costado la vida a usted. Y yo jamás podría cargar con el sentimiento de culpa que me causaría el que usted sufriera algún daño. Quiero que me prometa que no volverá a intentar ayudarme en mi misión. Es demasiado peligroso.
- Pero....
- Prométalo, señorita Fujino. No pienso marcharme hasta que obtenga su promesa.
Ella titubeó, y a continuación asintió rígidamente.
- Muy bien, lo prometo. Pero quiero que sepa..... –alzó una mano lentamente y la posó sobre la mejilla enmascarada de Natsuki- que tiene usted toda mi admiración.
Natsuki sintió una oleada de calor y tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no besar ardorosamente aquella mano que olía a miel.
- Y mi más profundo afecto –agregó Shizuru en voz baja.
Se quedó congelada, como si le hubieran echado un cubo de agua helada. ¿Afecto? Y no sólo un afecto cualquiera, sino el más profundo. Maldición, no quería que ella sintiera ningún profundo afecto por ninguna otra persona, ¡aunque resultara que aquella otra fuera ella!
En ese momento se reunió con ellas la señorita Tokiha, y Natsuki hizo un esfuerzo para apartar a un lado su irracional e irritante ataque de celos.
- ¿Está bien atado su cochero? –le preguntó a la joven.
Ella lanzó una mirada de desprecio al aludido.
- Sí, señorita.
- ¿Todavía desea que la ayude a escapar, señorita Tokiha?
- Más que ninguna otra cosa, señorita.
- En ese caso, hemos de irnos. Recoja las pertenencias que desee llevarse consigo. –Se volvió hacia Shizuru-. Vaya por su montura y por el caballo que ha traído para la señorita Tokiha.
Mientras ellas lo hacían, Natsuki fue hasta donde se encontraba Campeón, a unos metros de allí, y se cercioró de que el semental no había sufrido ningún daño. Acto seguido, regresó junto al cochero; se agachó con una mueca de dolor al notar una punzada en la cabeza y comprobó las ataduras que lo sujetaban. Una sonrisa sin humor tocó sus labios. Ciertamente, la señorita Tokiha había maniatado a aquel idiota a conciencia.
La señorita Tokiha bajó del carruaje portando un maletín de viaje.
- No se mueva de ahí –le ordeno, y se volvió hacia Shizuru, que en ese momento salía del follaje conduciendo dos caballos-. La señorita Tokiha montará conmigo. Usted llevará el otro caballo y yo la acompañaré de vuelta al bosque, hasta cerca de su casa.
- No –protestó ella, al tiempo que aceptaba su mano para montar-.Usted debe desaparecer.
- Desapareceré en cuanto la vea a usted sana y salva de regreso en su casa. El trayecto dura más de una hora, demasiado para que lo haga usted sola, sobre todo a estas horas de la noche. No pienso discutir con usted, señorita.
Shizuru lanzó un gruñido de malhumor.
- En ese caso, por lo menos llévese esto. –Le dio su redecilla-. Contiene el dinero y el pasaje para el Dama de los Mares que tenía preparados para la señorita Tokiha. –Natsuki abrió la boca para protestar, pero ella insistió-. Por favor, cójalo. Significa mucho para mí poder ayudarla.
Natsuki necesitó de todas sus fuerzas para no estrecharla entre sus brazos y besarla.
- Yo también había dispuesto lo necesario para la señorita Tokiha. Ya que es su deseo, le entregaré el dinero, pero destruiré el pasaje; no quiero que queden pruebas que puedan conducir hasta usted. Y cuando vuelva a casa, debe asegurarse de destruir todo lo que pueda implicarla. ¿Lo ha entendido?
- Sí
- Entonces, vámonos.
Fue a grandes zancadas hasta Campeón y, después de ayudar a la señorita Tokiha a montar, se subió a la silla detrás de ella. Acto seguido hizo girar el caballo y encabezó la marcha por el bosque, en dirección a la casa de Shizuru.



Hiroshi se ajustó las gafas sobre la nariz y contuvo el impulso de propinar una patada de pura frustración a un árbol. Lo que había comenzado como una gran aventura, de algún modo se había transformado en un enorme fiasco. Basándose en la información que proporcionaba la señorita Tokiha en su carta, sabía dónde se suponía que debía estar, pero no tenía ni idea de cómo llegar hasta allí.
¿Cómo era posible que hubiera perdido de vista a Shizuru? La tenía a no más de diez metros de él, y al momento siguiente había desaparecido. Como si se hubiera esfumado.
Lo invadió la irritación. Maldita sea, ¿cómo iba a protegerla si no lograba dar con ella? ¿Y cómo podría abrigar esperanzas de poder descubrir la identidad del Ladrón de Novias? Tenía que encontrarla.
Continuó avanzando por aquel desconocido paraje en la dirección en que la había visto la última vez, deteniéndose a cada poco para aguzar el oído. Al cabo de casi un cuarto de hora, se detuvo en seco al oír unas débiles voces a lo lejos. Se agachó y avanzó con cautela. El corazón le dio un brinco de alivio cuando distinguió a Shizuru a lomos de Azúcar. Y su alivio se convirtió en emoción cuando divisó la figura que le estaba hablando.... una figura enmascarado que sólo podía ser el célebre Ladrón de Novias.
¡Había acudido! … pero había algo raro en el, su figura aunque era alta era estilizada, con curvas impropias de una forma masculina. Solo podía significar una cosa: el Ladrón de Novias ¡Era mujer! Y Shizuru seguro lo sabia ¿Por qué no se lo habría dicho?
Escrutó la zona. Junto a un carruaje vio a una mujer que seguramente era la señorita Tokiha, sosteniendo un maletín de viaje. Al lado del camino se erguía un magnífico caballo negro. Basándose en lo que le había contado Shizuru, dedujo que aquélla era la montura de aquella mujer. Pero su euforia se transformó en consternación cuando se dio cuenta de que el grupo estaba a punto de partir. Tenía que actuar inmediatamente.
Con un ojo puesto en  la Ladrona de Novias, se dirigió hacia el caballo negro. El corazón le palpitaba. Abrió la bolsa de cuero que llevaba aferrada en la mano y espolvoreó a toda prisa su contenido sobre la silla de montar, las riendas y los estribos, y acto seguido se retiró y se escondió detrás de unos tupidos arbustos.
Sintió una mezcla de frustración y euforia. ¡Ojalá tuviera un poco más de tiempo! Así habría podido vaciar los polvos en el interior de la alforja y abrir un pequeño orificio en el cuero para que fuera dejando un rastro que él pudiera seguir. Maldijo el fracaso de su plan original, pero por lo menos al esparcir el polvillo vería si daban resultado sus propiedades fosforescentes.
Segundos más tarde, la Ladrona de Novias ayudó a la señorita Tokiha a montar, luego hizo lo propio detrás de ella y se internó en el bosque.
Tras cerciorarse de que no perdía de vista a Shizuru, Hiroshi siguió al grupo. Pero se sintió desilusionado cuando al cabo de un rato se hizo evidente que se dirigían a la misión Fujino, lo cual frustraba sus esperanzas de encontrar la cabaña de la Ladrona de Novias. ¡Maldita sea!¡Todo había salido mal! Justo antes de que el follaje diese paso al claro que conducía a su casa, el grupo hizo un alto. Hiroshi se acercó un poco más, sigilosamente.
- Aquí es donde nos separamos, señorita Fujino–dijo e la Ladrona de Novias con una voz grave y marcado acento-. Le doy nuevamente las gracias por su ayuda y le recuerdo la promesa que me ha hecho.
- Yo también le doy las gracias, señorita Fujino–dijo la señorita Tokiha.
- Buena suerte a los dos –contestó Shizuru.
Sin pérdida de tiempo, la Ladrona de Novias hizo girar a su montura y regresó con la señorita Tokiha al bosque. La oscuridad los engulló y desaparecieron de la vista.
Hiroshi observó que Shizuru esbozaba una sonrisa, cerraba los ojos y lanzaba uno de aquellos suspiros tan largos que solían exhalar sus otras hermanas. A continuación la vio encaminarse hacia los establos.
En el instante en que ella desapareció de su campo visual, salió disparado y corrió por el prado hacia la casa. A pesar de que las cosas no estaban saliendo como había planeado, apenas podía contener su emoción por aquella aventura. ¡Realmente había visto a la Ladrona de Novias! ¡Había descubierto que era una mujer!
¿Conseguiría también, gracias a algún golpe de suerte, conocer su identidad?
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9 comentarios:

Anónimo dijo...

Jaja uii por un momento pense que sabrian que el ladron de novia era natsuki... Pero quedo genial de todas formas espero el sig. Capitulo

Dagha dijo...

Descanso en paz ya leí los captitulos que me faltaban. Me reí bastante con los comentarios de Natsuki con su imaginación y autocontrol... Hiroshi se pasa para ser genio imagino a un chico simpatico un detective...
Traté de que me saliera ese suspiro de chica enamorada, no pasó nada jajjajajaja
Gracias!! Se Cuida ....Besos bye bye

RouZe dijo...

Hola! Como siempre, muy bueno el capitulo, sospecho con el alma que Hiroshi va a descubrir la identidad del ladrón de novias muy pronto (valla chico inteligente).
Un capitulo suspensivo, que cochero tan ambicioso, casi cumple su perversa misión de entregar a Natsuki :O
Solo hay algo que me deja consternada... se supone que a Shizuru le gusta Natsuki, sin embargo su admiración por el ladrón de novias, no parece del todo "admiración" sino algo más... también hay que contar el suspiro de Shizuru al final del capitulo. La pregunta es... le gustan ambas partes de Natsuki? o en verdad esta muy confundida con sus sentimientos y ya no sabe lo que quiere?
Suspensivo... espero poder encontrar respuesta a mis cuestionamientos pronto... La curiosidad me mata!
Saludos, chaito! :)

Anónimo dijo...

gracias por este increible capitulo...

lo malo de el....es muy corto!!!

nos dejas en suspenso jajaja..hiroshi descubrira la identidad de natsuki pronto por lo visto ese chico es un detective en proceso...amo esta personalidad de nat, tan autocontrolada y como un caballero para con shizuru..haber cuanto logra estar sin ella...jojo

amy-kun

Anónimo dijo...

impactante caapitulo que sin uñas d tanto esperarlo pero quede aliviada d que no atraparan a Natsuki y que shizuru la aiga salvado ahora puedo estar mas trankila.

estare esperando el siguiente capi que por sierto cada ves mas los veo corto nooo!! o soy yo la que queda corta con ganas de ver mas o.O Akemiii

Andreuw18 dijo...

me encanta el momento en el que Natsuki siente celos de si misma xD!! ahora a esperar el siguiente capitulo ;D!

Melissa Castillo López dijo...

Dios, comencé a leerla ayer y ya me colgué completamente de la historia xD Porfaaaaaaas Kaon-chaaan no demores mucho en el otro capi, me muero de emoción jaja.
Muchas gracias por deleitarnos con esta genial historia una vez mas Kaon-chan, soy una profunda fan de tus fic, me encantan! Feliciaciones :3

sumi-chan dijo...

gracias por este capi,uff casi cachan a natsuki.kaon, mil gracias por colgar los capis seguidos,esta historia te da de too y se te agradece.espero ya el proximo capi.un saludo y que inspiracion este de tu lado.

Anónimo dijo...

que hubiera pasado si shizuru le hubiera quitado la mascara xD lol pero bue ai que esperar mas d esta historia y que bueno que actualises rapido eso me gusta :p sigue asi que quedo picada por seguir leendo mas..

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